La tecnología conversacional lleva años presente en diferentes entornos y dispositivos, ayudando a usuarios y consumidores en el proceso de gestión de diferentes tareas. Empresas de todos los sectores han utilizado este recurso tecnológico para automatizar preguntas frecuentes y procesos de todo tipo, impulsando sus estrategias omnichannel y ofreciendo a sus audiencias dinámicas herramientas para resolver sus dudas.

En este proceso de transformación digital mediante uso de chatbots y asistentes virtuales, los avatares que representan a estos han sido claves. Figuras robóticas, humanas o dibujos animados han pasado a ser la «cara» de muchas compañías en canales como WhatsApp o la página web. Sin embargo, ahora el ecosistema parece estar adentrándose en una nueva era, donde los avatares menos realistas pasan a convertirse en lo que se conocen como «humanos digitales«. Pero, ¿qué hay detrás de este concepto?

Tabla de contenidos

¿Qué son los humanos digitales?

Los humanos digitales son una nueva forma de agente conversacional que cuenta con facciones hiperrealistas y similares a las humanas (Loveys et al., 2022). El auge de las tecnologías vinculadas con el diseño gráfico, así como, la realidad virtual y la realidad aumentada han dado lugar al nacimiento de estos seres hiperrealistas que son capaces de dialogar con una persona utilizando el lenguaje natural.

Los humanos digitales han aterrizado en páginas webs y en tótems de centros comerciales, aeropuertos o centros de información al ciudadano con el objetivo de resolver dudas. Las funcionalidades que ofrecen son muy similares a la de cualquier asistente virtual, con la peculiaridad de que la interfaz no solo es un «chat», como ocurre con los chatbots, sino que es el avatar humano quien toma el protagonismo y el que mantiene una conversación con el usuario.

Características de los humanos virtuales

Aunque algunas de las características más importantes las hemos destacado en los párrafos anteriores, es necesario profundizar más para entender qué diferencia a estos humanos digitales de otros recursos tecnológicos disponibles en el mercado.

En primer lugar, es preciso destacar su apariencia realista. Gracias al uso de las tecnologías 3D y otros recursos de animación facial y corporal, estos asistentes han superado la barrera de lo robótico, pudiendo representar movimientos y expresiones humanas. Dichos gestos utilizan técnicas como la captura de movimiento para imitar los gestos humanos, lo que permite simular que la atención es prácticamente real y generar una mayor conexión con el usuario.

A diferencia de otras interfaces que son solo vía texto, el humano digital cuenta con tecnologías basadas en inteligencia artificial que permiten reconocer el input del usuario tanto vía texto como voz. Pero eso no es todo, la repuesta que el avatar digital ofrece también puede ser tanto escrita como «hablada». Estas capacidades generan una interacción más accesible para todo tipo de usuarios y brindan al usuario la posibilidad de ser él quién elija cómo quiere interaccionar con el sistema, sin estar forzado a la voz o al texto. Eso sí, esta interfaz audiovisual puede combinarse con otras herramientas visuales (qué también pueden funcionar con la voz), como son los botones, el envío de imágenes e, incluso, documentos.

Al igual que otros avatares sin facciones humanas, los humanos digitales pueden personalizarse a las necesidades de la marca o compañía que los está implementando. Además, actualmente, como se ha destacado previamente, existen múltiples herramientas que permiten una personalización excepcional.

En la actualidad hay múltiples entidades que están apostando por estas tecnologías, quieres ver más ejemplos de este tipo de avatares, puedes leer nuestro último post.

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